La verdad es que hoy el día ha empezado muy bien, sobretodo debido a que aquí lo típico es desayunar como a mi me gusta. Nada mejor que unos huevos con tostadas (encima estos llevaban cebolla pochada como acompañamiento!). Así luego ya no te entra hambre hasta las 5, te comes una ensalada de esas mortales, y te cenas un yogur y una dormidina y ala, camino de la cama es el mejor camino.
Cuando he acabado mi super desayuno (acompañado de mi último espresso, porque me ha sido tajantemente prohibida la cafeína por razones que o ya sabeís, o ya os comentaré) he ido a sacarme una foto para la travel card, que luego resulta que en realidad no necesitaba, en la que he salido jodidamente fea, pero fea de verdad, el tío de la tienda se ha reído y todo y me ha dicho que si queria me hacía otra que habia salido muy extraña, pero la verdad esque la tía de antes era muy mona y había salido también como un moco, así que para que repetir el trauma.
Luego hemos ido a picadilly y a Carnaby street, porque mi padre se ha empeñado en pasearse por esa calle tan idolatrada por su generación, que se ha convertido en un desfile de tiendas de inditex (muy rebajadas todas, eso sí). Hemos entrado en una de esas rollo diseño que tenía un cartel que tiraba más para atrás que cierto askeroso madurito de bar rokero, en el que decía (traducido): MANTENTE GUAY. (que menos mal que lo he leído y me he grabado el mensaje a fuego, porque si no fijate, igual voy por la calle y de repente pufff! se me olvida ser guay y mi vida se ve reducida a meras funciones corporales). Mi madre se ha conseguido enfadar porque yo no queria que me comprase un vestido que según ella me quedaba perfecto (más bien parecía la sirenita después de que un esqualo le hiciese un cambio de look capilar a mordiscos).
Después del paseíto por Carnaby hemos ido a un pub inglés. Ya lo sabía y me reafirmo. Me encantan. Sobre todo los tíos que entran, que son tíos de verdad, grandes y gritones, que se saludan llamandose moderfuker y dandose unas ostias en la espalda que no se como no se atraviesan y se quedan todos enganchaditos como un pincho moruno de hooligans.
En fin... que mañana os cuento más, que estoy muy cansada, y me voy a dormir recién duchada que da mucho gustico, y despreocupada porque ya he sido informada del estado de mis gatunos por otro gatuno más grande.
sábado, 4 de julio de 2009
1º dia en londres
No se si el dicho es "lo que empieza mal acaba mal" o "lo que empieza mal acaba bien" o algo similar, pero como sea lo primero estoy JODIDA.
Ayer llegamos al aeropuerto de Zaragoza (cutrecico como él solo, por cierto) y al entrar (sin poder tan siquiera acabar el cigarrillo de rigor debido a las prisas y el furor anti-tabaco de mi padre) lo primero que vi en la pantalla fue : zaragoza-london standed RETRASADO. cojonudo. A esto hay que sumar la preocupación por haber dejado a dos felinos solitos en casa, y el encontronazo de mis padres con un millar de amigos de su infancia que desde su separación debían haberse dedicado única y exclusivamente a procrear. Y yo que odio a los críos, rodeada de una marabunta efervescente de chavalines que no dejaban de corretear y chillar a mi alrededor. En el bar del aeropuerto (por llamarlo de alguna forma), solo disponían de dos opciones vegetarianas: la eterna tortilla de patatas de goma y una especie de bocata de queso similar al plástico en textura y sabor (y lo sé porque ese fue el que me pedí). Mi padre se había tomado un orfidal y estaba medio drogado, y envidiosa de su estado comatoso me sumé a él con un valium que me dejó adormilada y de mala ostia, pero desgracidamente no dormida. Faltaba Tyler Durden dando el coñazo con las raciones individuales y habría sido un completo. En fin, que al final salimos con hora y media de retraso, y al cabo de un ratito de turbulencias que me hacían saltar de línea en lína de mi libro (me gustaría decir que me lo leí entero, pero fue más bien algo así como una sinopsis: protagonistas se conocen, a la tia le da reparo follar, de repente resulta que ya han follado pero ella es frígida, de repente alguien llora, y alguien se arrepiente de no haber sido más comprensivo. FIN)
De nuestro hostal solo decir que si el baño hubiera llevado un cartel a lo trainspotting (worst bathroom in the u.k) no me habría sorprendido nada. De esos que al ducharte se inundan y puedes mear haciendo el muerto.
Por lo menos dormí muy bien (llegamos al hotel-hostal-chabolita) en torno a las 4 de la mañana, asi que no es raro.
Y bueno, lo de hoy (que ha sido bastante menos desesperante dejando al margen algunas disputas paternales de lo más comunes) lo escribiré esta noche, porque aún queda la jornada de la tarde (EVENING, creo). Sólo añadir que me entiendo bastante bien, he conseguido volver al hostal yo solita preguntando en el metro a inexpresivos aunque amables ingleses, comprar tabaco, hacer fotocopias, reirle la gracia a un dependiente que me exigia el pasaporte porque no se creía que fuera mayor de edad, jiji jaja cuanta hilaridad, y comprarme unas sandalias de putilla muy rebajadas, porque por supuesto, solo me he traido un par de martins.
Ah, y un tío en el metro me ha guiñado un ojo, no sé exactamente con que intención, pero me he hecho la longuis y he fingido hablar por el movil en un español macarronico, por si se le ocurria acercarse. Que desconfiada es una. (desconfiada y de aspecto aniñado, por lo visto!)
Ayer llegamos al aeropuerto de Zaragoza (cutrecico como él solo, por cierto) y al entrar (sin poder tan siquiera acabar el cigarrillo de rigor debido a las prisas y el furor anti-tabaco de mi padre) lo primero que vi en la pantalla fue : zaragoza-london standed RETRASADO. cojonudo. A esto hay que sumar la preocupación por haber dejado a dos felinos solitos en casa, y el encontronazo de mis padres con un millar de amigos de su infancia que desde su separación debían haberse dedicado única y exclusivamente a procrear. Y yo que odio a los críos, rodeada de una marabunta efervescente de chavalines que no dejaban de corretear y chillar a mi alrededor. En el bar del aeropuerto (por llamarlo de alguna forma), solo disponían de dos opciones vegetarianas: la eterna tortilla de patatas de goma y una especie de bocata de queso similar al plástico en textura y sabor (y lo sé porque ese fue el que me pedí). Mi padre se había tomado un orfidal y estaba medio drogado, y envidiosa de su estado comatoso me sumé a él con un valium que me dejó adormilada y de mala ostia, pero desgracidamente no dormida. Faltaba Tyler Durden dando el coñazo con las raciones individuales y habría sido un completo. En fin, que al final salimos con hora y media de retraso, y al cabo de un ratito de turbulencias que me hacían saltar de línea en lína de mi libro (me gustaría decir que me lo leí entero, pero fue más bien algo así como una sinopsis: protagonistas se conocen, a la tia le da reparo follar, de repente resulta que ya han follado pero ella es frígida, de repente alguien llora, y alguien se arrepiente de no haber sido más comprensivo. FIN)
De nuestro hostal solo decir que si el baño hubiera llevado un cartel a lo trainspotting (worst bathroom in the u.k) no me habría sorprendido nada. De esos que al ducharte se inundan y puedes mear haciendo el muerto.
Por lo menos dormí muy bien (llegamos al hotel-hostal-chabolita) en torno a las 4 de la mañana, asi que no es raro.
Y bueno, lo de hoy (que ha sido bastante menos desesperante dejando al margen algunas disputas paternales de lo más comunes) lo escribiré esta noche, porque aún queda la jornada de la tarde (EVENING, creo). Sólo añadir que me entiendo bastante bien, he conseguido volver al hostal yo solita preguntando en el metro a inexpresivos aunque amables ingleses, comprar tabaco, hacer fotocopias, reirle la gracia a un dependiente que me exigia el pasaporte porque no se creía que fuera mayor de edad, jiji jaja cuanta hilaridad, y comprarme unas sandalias de putilla muy rebajadas, porque por supuesto, solo me he traido un par de martins.
Ah, y un tío en el metro me ha guiñado un ojo, no sé exactamente con que intención, pero me he hecho la longuis y he fingido hablar por el movil en un español macarronico, por si se le ocurria acercarse. Que desconfiada es una. (desconfiada y de aspecto aniñado, por lo visto!)
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